viernes, 2 de noviembre de 2012
Falcao, desde fuera
Por Hugo Alguacil Pérez
No sigo el día a día del Atlético de Madrid. No manejo la información, privilegiada a veces, de los periodistas que frecuentan el Cerro del Espino, entre ellos el autor de este blog. Escribo sin saber. ¿Esto qué quiere decir? Que si desea información sobre Radamel Falcao o cualquier otro tema relacionado con el Atleti o con la Selección española, espere a que a Javi Amaro se le encienda la bombilla porque en este texto sólo va a encontrar sensaciones, propias y ajenas. Le agradezco, no obstante, que no haga caso a la advertencia y siga leyendo.
En la noche del lunes tuve la oportunidad de ver la visita de Radamel Falcao a Punto Pelota. Entrevistas a pie de campo aparte, era la primera vez que podía contemplar su cara cuando respondía a las preguntas del entrevistador, o entrevistadores, como era el caso.
Me gustó escuchar sus palabras cuando era niño. No extraña lo lejos que ha llegado si con 11 años hablaba con esa humildad, respeto y agradecimiento a Dios y a los que entonces sabían más que él. Su exquisita educación viene de lejos. Sólo es un 'tigre' dentro del campo. Fuera es tranquilo, cercano y sensible. Las lágrimas que se descontrolaron cuando se vio de crío eran sinceridad pura.
También fue honrado cuando habló de su futuro. Copio de la web del programa: "No pienso en irme en este momento. Sólo en jugar esta temporada y que salga todo bien. Hay necesidades en el club y dependencia de ciertos resultados. Quedarme son muchos factores que no dependen de mí. La economía del club, si entramos en Champions... cosas que se hablaron a final de temporada. Muchas veces, los futbolistas somos los últimos en enterarnos. Estoy muy agradecido por lo que me han hecho vivir en el Atlético de Madrid".
Lo siento por los atléticos fieles a este blog, a los que supongo mayoría, pero aquí hay uno que cree que es casi imposible que el colombiano vaya a seguir jugando en su equipo. Tiene tres años más de contrato, sí, se le nota feliz en el Atlético, sí. Debería ser suficiente para que no hubiera debate, pero lo hay. ¿Por qué? Porque, por lo que sea, Falcao, al contrario de lo que dice siempre Enrique Cerezo, no va a jugar la próxima temporada donde a él le gustaría hacerlo. O mejor dicho, quizá sí, pero no va a ser él el que lo decida.
Un amigo muy colchonero agotó los insultos contra todo lo blanco del planeta cuando se enteró de que el Real Madrid ponía ojitos a Falcao, el jugador que curó la herida de Agüero. "Otra vez lo vikingos…". Imaginen los puntos suspensivos. Cada información que leía o escuchaba era una puñalada. Temía que la mano del vecino maleara desde la otra punta de la ciudad a su jugador más importante, quizá no para ficharlo pero sí para anularlo, y con ello conseguir frenar el gran inicio del Atlético.
Pues bien, han pasado casi dos meses desde que se comenzara a hablar de un posible traspaso de Falcao al Real Madrid y de que el padre del colombiano la liara asegurando que el sueño desde la infancia de su hijo es jugar en el equipo blanco y, para sorpresa de mi amigo, los goles siguen cayendo. Está convencido de que se va a ir al Madrid pero ha decidido, como Falcao, vivir al día.
"Con el dinero de vender a Radamel se solucionarían los problemas económicos del Atlético de Madrid" se ha limitado a apuntar el consejero delegado del club, Miguel Ángel Gil Marín. Ni un "never, never" sobre la posibilidad de que juegue de blanco la temporada que viene. La historia es distinta al 'caso Agüero'. Entonces sabía que el Real Madrid no pagaría la cláusula del argentino. Ahora no puede asegurar que eso no vaya a pasar. De todos modos, si finalmente Falcao cambia de acera, dolerá, pero no será traumático y Gil Marín no tendrá que irse de España.
Twitter: @hugoalguacil
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