Vicente Del Bosque convoca hoy a Diego Costa. ¡Por fin! Pienso yo... ¿Por qué? piensan muchos... Me parece evidente pero entiendo a todos: a los que no les gusta como jugador, a los que les cae mal o incluso a los que no le han visto este año y hablan por hablar (estos últimos tienen que seguir hablando de todo, claro).
Cansado de escuchar bobadas, me decido a escribir estas líneas porque ni mucho menos, soy su portavoz, pero me niego a que se mienta sobre la figura del delantero. Que dudaba es una evidencia, nunca lo escondió. Que lo hace por despecho es una gran falacia. La única realidad es que Brasil le maltrató, le orilló y él se desenamoró de la selección brasileña (a los chicos nos pasa mucho, no se porque tanta sorpresa). Tras hablar con el seleccionador nacional, se acabaron sus dudas. Nunca pensó en traicionar su palabra, se ha comprometido con España y con España sudará para ayudarnos a ganar el mundial de Brasil. Lo demás son mentiras o gente con ganas de hacer daño.
Es un tío majo, que diría Vicente. Cholo, en el libro autorizado 'El efecto Simeone', cuenta una de las anécdotas que mejor refleja la importancia de Costa en el grupo. Cuando el Atlético volvía de jugar un partido en el bus del equipo, en la radio sonó un gol de Diego con el Rayo. Toda la plantilla lo celebró como si el tanto fuera del equipo colchonero y no del vallecano. En ese momento, Simeone entendió la importancia del hispano-brasileño en el grupo. Un líder, su nuevo líder.
En cuanto pase diez minutos en Las Rozas, todo el mundo se dará cuenta de la calidad humana de Costa. De la futbolística, es difícil no haberse enamorado ya. Pelea, contagia, marca, entiende el fútbol a la perfección y asume responsabilidades en los momentos complicados. No es un santo, también él lo cree, pero no es el demonio que muchos han pintado.
Gran noticia para España, un delantero más para pelear por la titularidad. Una solución, nunca un problema.
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