Líos al otro lado del charco

Es cruzar el charco y quitarse unas cadenas que parece que le atan al buen comportamiento. Es como si pensara que todo lo que dice o hace al otro lado del charco no fuera a llegar al Cerro del Espino. Hablo de Falcao, obviamente, y sus declaraciones en Radio Caracol.

Estaba en Panamá, desperezándome tras un largo viaje cuando escuché sus palabras con sorpresa. Nada raro, nada que no supiéramos... Pero ¿Son oportunas? No entiendo la necesidad constante de pinchar un globo que crece y crece. Igual Falcao quiere estar en el candelero, que los clubes le miren, le deseen, le quieran comprar... Pero no hace falta Radamel. Si no marcaras ningún gol de aquí a final de temporada, valdrías los mismos 60 millones y habría un par de locos con dinero para comprarte.

Hubo otros casos de sinceridad máxima. Hablo de Forlán, un tipo que se vestía por los pies y que nunca ocultó su deseo de crecer y marcharse a un club mejor. Lícito... y castigado por el Calderón, que no le perdono esos deseos.

Los tiempos han cambiado, dudo que Falcao se lleve un solo pito del Calderón, pero haría bien si deja de hablar de su futuro en otros equipos si no quiere llevarse un tirón de orejas de su público. Primero fue el padre, luego Radamel. El Calderón de momento consiente, pero suele ser una amante muy celosa.