Canteranos y títulos

En el Cerro del Espino te das cuenta de lo que es el Atlético de Madrid. Es una Ciudad Deportiva en la que las instalaciones son casi más propias de mi querido C. F. Fuenlabrada que del campeón de la Europa League y en la que los coches de los jugadores casi no tienen espacio para salir. Pero allí se respira fútbol. Te cruzas con un héroe del doblete, con un jugador del filial o con el actual entrenador de la primera plantilla en tres minutos...

Así fue como, por ejemplo, nació la figura de David de Gea. El portero subía al gimnasio, Abel Resino, por aquel entonces entrenador del primer equipo del Atlético de Madrid, bajaba al campo. Se miraron: "¿Dónde vas", preguntó el técnico, "a entrenar arriba, me han dicho que con el primer equipo no entreno", respondió De Gea. "Baja. Desde hoy sí", repuso Abel. Año y medio después, su traspaso al Manchester United dejó casi 20 millones de euros en la caja y fue el segundo más caro de un portero en toda histora.

Por eso es tan importante la cantera, algo que había olvidado todo el mundo. El traspaso de Domínguez fue un golpe duro a la filosofía de club pero entonces aparecieron los tres mosqueteros: Mario, Gabi y Koke. Cantera, talento, juventud y títulos.

Gabi, curtido en Zaragoza, como capitán de un par de milagros, lo primero que hizo cuando llegó al Atlético de Madrid, fue ponerse el brazalete. Personalidad arrolladora. Tanto que ahora es el compañero de habitación de Falcao y el encargado de recordarle, entre otras cosas, que su padre está mejor callado.

Mario fue silbado por el Calderón mientras algunos golfos eran vitoreados como los héroes que nunca fueron ni serán. Poco a poco ha ido cambiando la opinión de 50.000 tíos, sin arrugarse, con paciencia y buen juego. Ante el Rayo le gritaban aquello de 'Super Mario' como premio entre otras cosas, a sus partidazos en las finales. Le ha echado un par de huevos.

De Koke se pueden decir muchas cosas pero lo mejor es dejarle jugar. Los que le señalaron en los JJOO eran evidentemente la primera vez que le veían. La ausencia de Diego será un regalo dentro de 3 años cuando este chico sea capaz de liderar a un equipo entero. Con el brasileño hubiera jugado poco, sin él, titular y determinante. Wenger tonto no es... por eso el Arsenal más de una vez le ha tirado los trastos sin éxito.

Estos tres chicos y con estos tres chicos, como diría un amigo, paciencia, tiempo y memoria.